Presente y futuro de la Energia Nuclear
LA VANGUARDIA DIGITAL - Presente y futuro
XAVIER ORTEGA - 06/11/2005
Los aspectos relacionados con la energía son temas de creciente interés y preocupación. Algunas evidencias tales como la inseguridad de los suministros energéticos y los incrementos continuados de los precios de los combustibles fósiles alimentan esa percepción. Es un momento propicio para hacer un breve repaso a la situación global de la generación eléctrica de origen nuclear y de los elementos que pueden incidir en su desarrollo futuro. Actualmente en el mundo están en activo 442 centrales nucleares, que produjeron en el 2004 cerca del 17% de la electricidad consumida, alcanzando una producción récord histórico. La importancia de la generación nuclear es muy variable en distintos países, de acuerdo con su desarrollo económico, tecnológico y la disponibilidad de otras fuentes de energía. En Europa, el 35% de la generación eléctrica es de origen nuclear, variando su importancia desde Francia con más del 75% nuclear, hasta Italia o Austria, en los que la producción de energía nuclear es nula. Algunos países, como Suecia (48%), Alemania (28%) y Bélgica (55%), han optado por explotar las instalaciones actuales hasta finalizar su vida útil y no contemplan construir más centrales nucleares. En España, que mayoritariamente utiliza carbón en su producción eléctrica, las nueve centrales nucleares, con 7.878 MWe de potencia aportaron en el 2004 cerca del 23% de la producción eléctrica, y no están previstos a corto plazo nuevos sistemas de generación electronuclear. Finalmente y desde 1991 no se han construido más centrales en Europa y la misma tendencia se observa en EE. UU., no así en varios países asiáticos y del Este europeo.
CON EL ACCIDENTE DE CHERNOBIL, en 1986, la percepción social del interés de la energía nuclear sufrió un grave deterioro. Paralelamente se reforzó la cultura mundial de la seguridad nuclear, que sin duda ha redundado en el buen funcionamiento del parque nuclear y en los niveles de productividad de las instalaciones. No obstante, durante dos décadas ha sido difícil obtener inversiones en un sector con inseguridad en el marco regulatorio y con costes fijos menos favorables que los que ofrecían los combustibles fósiles, a pesar de que estos son tributarios de la volatilidad de los precios. Desde aquel suceso, en un mundo más globalizado, se han producido un conjunto de circunstancias, de entre las cuales se pueden reseñar: el interés creciente por los sistemas energéticos respetuosos con el medio ambiente y en particular con las emisiones de CO , el interés por la seguridad del 2 suministro energético y el desarrollo económico acelerado de áreas emergentes muy pobladas (China, India, Pakistán). La necesidad de alcanzar un desarrollo energético más sostenible exige cambiar el paradigma basado en el consumo de los combustibles fósiles, impul-
sando las energías renovables, el ahorro energético y la eficiencia. En ese contexto, dominado por la demanda de un mayor consumo energético, la preocupación por la seguridad en el suministro y la conservación del medio ambiente, es pertinente analizar las posibilidades de la energía nuclear de seguir contribuyendo al menú energético e incluso de colaborar con otras energías no contaminantes en la sustitución de los combustibles fósiles.
Actualmente se constata un cierto cambio en la tendencia mundial en relación con el estancamiento nuclear en las últimas dos décadas. En Europa se ha iniciado la construcción de una gran central de 1.500 MW en Finlandia con tecnología avanzada de reactor europeo de agua a presión (EPR). Asimismo, Francia tiene previsto iniciar, en el transcurso del año 2007, su programa de sustitución de sus centrales con la construcción de su primera unidad del tipo EPR. En los países del Este de Europa y en Asia se han puesto en operación este año cinco centrales con una potencia instalada total de 5.029 MW. En el panorama mundial se ha iniciado la construcción de dos unidades, se han clausurado dos y existen 24 centrales en fase de construcción. En Estados Unidos, a finales de este año se ha incrementado la capacidad nuclear gracias al proceso de actualización y prórroga de las licencias de operación en 35 centrales. En relación con la percepción social de la energía nuclear se manifiesta una progresiva mejora en algunas regiones, como es el caso de Estados Unidos y es previsible que esa tendencia se consolide.
EN LOS ASPECTOS TÉCNICOS, la tercera generación de centrales, del tipo del EPR, incorpora mejoras en seguridad y en la economía de la energía obtenida, y formará parte de las nuevas instalaciones de los próximos veinte años. No obstante, las innovaciones más radicales se producirán con los reactores de cuarta generación, actualmente en estudio por diversos consorcios internacionales y que pretenden alcanzar una ruptura con la concepción clásica de reactores de agua y uranio enriquecido. En estos nuevos desarrollos se desea obtener mejoras sustanciales en la seguridad intrínseca de las centrales, en el uso de un ciclo del combustible con menor riesgo de diseminación del armamento nuclear, alcanzar un menor inventario de residuos radiactivos de vida larga y un coste del kWh nuclear que pueda competir favorablemente con los combustibles fósiles. Desde mi punto de vista el futuro de la energía nuclear de fisión seguirá implantándose en países emergentes, principalmente en Asia. A más largo plazo, a la espera del desarrollo de la fusión nuclear, y en particular en los países industrializados, el desarrollo nuclear dependerá de los precios de los combustibles fósiles, del funcionamiento del parque nuclear actual, del desarrollo tecnológico en las nuevas centrales, de los avances en la gestión de residuos, de su uso en la producción de hidrógeno, y de la aceptación social.
Si bien es difícil cuantificar el futuro nuclear, coincido con el reciente premio Nobel de la Paz y director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, doctor Mohamed El Baradei, que en la conferencia general de este año señalaba que la energía nuclear experimentaba un cierto resurgimiento que era difícil pronosticar hace unos pocos años.
Seguiremos atentos a esa evolución.
XAVIER ORTEGA - 06/11/2005
Los aspectos relacionados con la energía son temas de creciente interés y preocupación. Algunas evidencias tales como la inseguridad de los suministros energéticos y los incrementos continuados de los precios de los combustibles fósiles alimentan esa percepción. Es un momento propicio para hacer un breve repaso a la situación global de la generación eléctrica de origen nuclear y de los elementos que pueden incidir en su desarrollo futuro. Actualmente en el mundo están en activo 442 centrales nucleares, que produjeron en el 2004 cerca del 17% de la electricidad consumida, alcanzando una producción récord histórico. La importancia de la generación nuclear es muy variable en distintos países, de acuerdo con su desarrollo económico, tecnológico y la disponibilidad de otras fuentes de energía. En Europa, el 35% de la generación eléctrica es de origen nuclear, variando su importancia desde Francia con más del 75% nuclear, hasta Italia o Austria, en los que la producción de energía nuclear es nula. Algunos países, como Suecia (48%), Alemania (28%) y Bélgica (55%), han optado por explotar las instalaciones actuales hasta finalizar su vida útil y no contemplan construir más centrales nucleares. En España, que mayoritariamente utiliza carbón en su producción eléctrica, las nueve centrales nucleares, con 7.878 MWe de potencia aportaron en el 2004 cerca del 23% de la producción eléctrica, y no están previstos a corto plazo nuevos sistemas de generación electronuclear. Finalmente y desde 1991 no se han construido más centrales en Europa y la misma tendencia se observa en EE. UU., no así en varios países asiáticos y del Este europeo.
CON EL ACCIDENTE DE CHERNOBIL, en 1986, la percepción social del interés de la energía nuclear sufrió un grave deterioro. Paralelamente se reforzó la cultura mundial de la seguridad nuclear, que sin duda ha redundado en el buen funcionamiento del parque nuclear y en los niveles de productividad de las instalaciones. No obstante, durante dos décadas ha sido difícil obtener inversiones en un sector con inseguridad en el marco regulatorio y con costes fijos menos favorables que los que ofrecían los combustibles fósiles, a pesar de que estos son tributarios de la volatilidad de los precios. Desde aquel suceso, en un mundo más globalizado, se han producido un conjunto de circunstancias, de entre las cuales se pueden reseñar: el interés creciente por los sistemas energéticos respetuosos con el medio ambiente y en particular con las emisiones de CO , el interés por la seguridad del 2 suministro energético y el desarrollo económico acelerado de áreas emergentes muy pobladas (China, India, Pakistán). La necesidad de alcanzar un desarrollo energético más sostenible exige cambiar el paradigma basado en el consumo de los combustibles fósiles, impul-
sando las energías renovables, el ahorro energético y la eficiencia. En ese contexto, dominado por la demanda de un mayor consumo energético, la preocupación por la seguridad en el suministro y la conservación del medio ambiente, es pertinente analizar las posibilidades de la energía nuclear de seguir contribuyendo al menú energético e incluso de colaborar con otras energías no contaminantes en la sustitución de los combustibles fósiles.
Actualmente se constata un cierto cambio en la tendencia mundial en relación con el estancamiento nuclear en las últimas dos décadas. En Europa se ha iniciado la construcción de una gran central de 1.500 MW en Finlandia con tecnología avanzada de reactor europeo de agua a presión (EPR). Asimismo, Francia tiene previsto iniciar, en el transcurso del año 2007, su programa de sustitución de sus centrales con la construcción de su primera unidad del tipo EPR. En los países del Este de Europa y en Asia se han puesto en operación este año cinco centrales con una potencia instalada total de 5.029 MW. En el panorama mundial se ha iniciado la construcción de dos unidades, se han clausurado dos y existen 24 centrales en fase de construcción. En Estados Unidos, a finales de este año se ha incrementado la capacidad nuclear gracias al proceso de actualización y prórroga de las licencias de operación en 35 centrales. En relación con la percepción social de la energía nuclear se manifiesta una progresiva mejora en algunas regiones, como es el caso de Estados Unidos y es previsible que esa tendencia se consolide.
EN LOS ASPECTOS TÉCNICOS, la tercera generación de centrales, del tipo del EPR, incorpora mejoras en seguridad y en la economía de la energía obtenida, y formará parte de las nuevas instalaciones de los próximos veinte años. No obstante, las innovaciones más radicales se producirán con los reactores de cuarta generación, actualmente en estudio por diversos consorcios internacionales y que pretenden alcanzar una ruptura con la concepción clásica de reactores de agua y uranio enriquecido. En estos nuevos desarrollos se desea obtener mejoras sustanciales en la seguridad intrínseca de las centrales, en el uso de un ciclo del combustible con menor riesgo de diseminación del armamento nuclear, alcanzar un menor inventario de residuos radiactivos de vida larga y un coste del kWh nuclear que pueda competir favorablemente con los combustibles fósiles. Desde mi punto de vista el futuro de la energía nuclear de fisión seguirá implantándose en países emergentes, principalmente en Asia. A más largo plazo, a la espera del desarrollo de la fusión nuclear, y en particular en los países industrializados, el desarrollo nuclear dependerá de los precios de los combustibles fósiles, del funcionamiento del parque nuclear actual, del desarrollo tecnológico en las nuevas centrales, de los avances en la gestión de residuos, de su uso en la producción de hidrógeno, y de la aceptación social.
Si bien es difícil cuantificar el futuro nuclear, coincido con el reciente premio Nobel de la Paz y director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, doctor Mohamed El Baradei, que en la conferencia general de este año señalaba que la energía nuclear experimentaba un cierto resurgimiento que era difícil pronosticar hace unos pocos años.
Seguiremos atentos a esa evolución.
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